Hace un par de meses, llegó a mi mesa un asunto de responsabilidad civil tecnológica bastante peliagudo que me servirá para introduciros qué es una prueba pericial informática. Aunque la demanda y su narrativa adolecía de ciertos defectos que debía impugnar, el fondo del asunto era algo más complejo. Claro, yo como abogado especialista en responsabilidad civil y seguro sé de leyes y no tanto de análisis forense de datos e inventados fallos en servidores que provocan pretendidas caídas de una página web.
Y, como quiera que fuera, siempre conviene ir a juicio bien armado. Por eso, se hizo necesario contar con un perito informático que acreditara que no había un doloso incumplimiento contractual en la prestación del servicio, sino todo lo contrario: un cumplimiento leal y estricto de las obligaciones contempladas en el contrato que ponía a disposición del cliente un software plenamente funcional para la finalidad con la que fue contratado.
Y de ahí que me dijera a mí mismo: Miguel, debes hablar de esto como cuando hablaste de qué es un peritaje de casa. Y a eso he venido, a contaros en qué casos es importante contar con una prueba pericial informática y por qué se ha convertido en una pieza fundamental en los procedimientos judiciales modernos.
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Entendiendo al perito informático: más que un ‘técnico’
Para empezar a hablar de la prueba, hay que entender quién la elabora. Un perito informático es un profesional con conocimientos especializados y reconocidos en el ámbito de las tecnologías de la información. Su valía reside por tanto, no solo en saber mucho, sino en ser capaz de transmitírselo al Juzgado de forma clara cristalina. O, al menos, más claro que el perito contrario.

Por eso su función en un proceso judicial no es simplemente técnica, sino que se equipara a la de cualquier otro perito: aportar al juez criterios, conclusiones y opiniones basadas en su ciencia o arte para que el juzgador pueda valorar hechos o circunstancias relevantes para el litigio.
¿Cuál es la diferencia entre un informático y un perito informático?
La diferencia fundamental es que el perito informático está cualificado no solo para manejar tecnología, sino también para aplicar la metodología forense y redactar un informe que cumpla con todos los requisitos de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC). Su dictamen, llamado prueba pericial informática, se convierte en un medio de prueba en el juicio, sujeto a contradicción, aclaraciones y la crítica de la parte contraria.
Todo perito informático es informático, pero no todo informático es un perito informático. ¿Capichi? Capito.
La prueba pericial informática en el proceso judicial:
En derecho procesal civil, la prueba pericial está regulada principalmente en el artículo 335 y siguientes de la LEC. Pero lejos de meterme en materia estrictamente legal, quiero destacar dos aspectos importantes de la regulación de la prueba pericial informática:

- Define bien el objeto de la prueba para no volver loco al perito ni al juez. Porque cuando el artículo 335 LEC dice que el perito realizará su labor «tomando en consideración tanto lo que pueda favorecer como lo que sea susceptible de causar perjuicio«, le estarás metiendo en un compromiso si el objeto de la pericial es demasiado amplio.
- Tanto si eres demandado como demandante, anuncia debidamente tu intención de aportar un dictamen pericial o contrapericial al procedimiento a la luz del artículo 337 y 338 LEC. No anunciarlo en tu escrito puede ser un problemón.
La prueba pericial informática entra de lleno en este medio de prueba que son los dictámenes periciales, pues la comprensión de un incidente de ciberseguridad, un fallo de software o la autenticidad de un correo electrónico o un mensaje de WhatsApp exige conocimientos técnicos muy cualificados que el juez, por lo general, no tiene.
¿Qué acredita una prueba pericial informática?
El dictamen de un perito informático puede ser crucial para acreditar hechos como:

- Autenticidad o falsedad de documentos electrónicos, mensajes, audios o vídeos. Ojito a las pruebas de Whatsapp que las carga el diablo si no están bien certificadas.
- Análisis forense de un dispositivo (ordenador, móvil, servidor) para determinar la causa de un fallo o la autoría de un acto.
- Incumplimientos contractuales relacionados con el desarrollo o el mantenimiento de software, o con su uso, como os comentaba.
- Cálculo de daños y perjuicios derivados de la interrupción de servicios tecnológicos.
- Vulneración de la ley de protección de datos o secretos empresariales.
La relevancia estratégica en un litigio
Contar con un buen perito informático es una decisión estratégica que va más allá de la mera formalidad. Un informe pericial bien elaborado, con una cadena de custodia impecable de la evidencia digital y una metodología clara, puede inclinar la balanza a tu favor.

En el ámbito de la responsabilidad civil y de los seguros, donde opero con asiduidad, esta prueba se hace aún más vital. Para demostrar la responsabilidad de un tercero (o eximir de ella a tu cliente), a menudo es necesario ir a la raíz digital del problema. Sin el análisis especializado del perito informático, nos quedaríamos solo con las meras alegaciones, que el juez no podría contrastar.
En resumen, si tu caso tiene un componente tecnológico, por sutil que sea, no dudes en contar con un perito informático para garantizar que la verdad digital salga a la luz en el procedimiento.