Los grandes propósitos vienen en caliente
No es que me haya despertado en este frío miércoles de diciembre y haya optado por hacer un blog jurídico. Soy abogado en Granada y todas las mañanas de labor, entro en la cafetería Isla de la Carrera de la Virgen y pido ‘uno con leche para llevar’. Normalmente, a estas intempestivas horas, hay el suficiente espacio en la barra como para poder hacerme un hueco. Vierto el azucarillo en el vaso, lo apoyo con firmeza y remuevo con la cucharilla metálica su contenido. Ese es el ritual. Ahora el camino a la oficina se hace mas ameno: manos calientes y a darle vueltas a la cabeza.
‘Podría hacer una visita a esa correduría para darme un poco a conocer’; ‘Hoy me voy a comer el mundo: llego, abro el portátil y me quito las dos demandas que tengo pendientes’; ‘¡Ahí va! Que hoy tengo reunión a las 19:45…’; ‘Venga le voy a escribir un mail a mi fiel consejera y que me diga por donde empezar a escribir de una maldita vez en mi preciado Blog Jurídico’ …
Los rituales están para realizarlos
El despacho está aún desierto. No son ni las nueve de la mañana y lo primero es preparar el escritorio. Mientras se enciende el ordenador, voy despojándome del abrigo y la bufanda, y tomo asiento. Optimizando el tiempo al máximo desde el minuto uno.
Abro el mail desde mi ordenador, y ya tengo respuesta a mi petición: Habla sobre tu blog jurídico. Pues manos a la obra. Reviso el B.O.E.; reviso el D.O.U.E. –solo encuentro la no oposición de la Comisión a una concentración en la que interviene Repsol- ; y entro a ver los chascarrillos en Twitter. Ese, también, es mi ritual. Pero ya está bien, son las 10:30 y se me apetece escribir.
El material del que esta hecho el blog
Hasta ahora todo ha ido sobre ruedas. Solo he tenido que procesar aquello que he ido realizando a lo largo de la mañana. Como un hilo de conocimiento extraído de mi mente, como el correr de una película de 35 mm por la lente de un proyector. Nada jurídico: solo el por qué, el cómo y el para qué. Pero ahora ha llegado un momento crucial, y tengo que exponeros el material del que está hecho este blog. Mejor me tomo un café y me inspiro en la Castellana.
[Unos segundos en la mente de Miguel Rivas]
Creo que tampoco es necesario ser extremadamente únicos. Me vale con ser constante y con ser una referencia en lo mío. Quiero hacer un blog jurídico ‘solidario’: de utilidad para mis compañeros en el oficio, y de interés para los ‘futuribles’ clientes que vean en mi un conocedor del oficio. Un blog para todos. Un blog riguroso en el fondo, pero permisivo en las formas. Un rincón para expresarme y resbalarme en esta deslizante pista de hielo que es nuestro ordenamiento jurídico. Porque los abogados, a veces ganamos y a veces perdemos. Porque todos acertamos y todos nos equivocamos alguna vez. Como dice el Proverbio Árabe del azucarillo, ‘quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación’.
Venga, me gusta como queda. Vamos a publicarlo y seguimos con esas demandas.
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