Recuerdo con anhelo aquellos tiempos no muy lejanos en los que celebrábamos el día de la Hispanidad con entusiasmo. Claro que mi corta edad, como una membrana amniótica, representaba una realidad pueril. Ahora, en cambio, es noticia el desplante del Estado mexicano al Estado español en este día de hermandad. Y como hombre de leyes, con perspectiva histórica y siempre en duda sobre lo que veo y oigo, he decidido aportar un grano de arena a la convivencia. Y de ahí que hoy quiera hablaros sobre el origen español de las leyes mexicanas. Uno de los legados más importantes y duraderos de esa conexión entre dos territorios que quedarán unidos para la posteridad gracias a nuestra construcción del sistema jurídico de México.
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La composición del derecho español que marchó a las indias
Pongamos contexto. Rey, clérigo y soldado se regían por las mismas leyes, todas influidas por el Corpus Juris Civilis romano. Si quieres saber un poco más sobre derecho romano ya escribí sobre el juicio a Jesucristo. Pero el caso es que este cuerpo legislativo romano no ha sido la única fuente del derecho español, tierras siempre en una encrucijada difícil. Con la invasión bárbara del imperio romano, el derecho germánico hizo mella. De ahí hemos nutrido nuestro concepto de la familia, o el castigo del adulterio ligeramente permitido en la antigua Roma.
Pero de Roma también hemos sacado obviamente una extraordinaria herencia. Por ejemplo, la importancia de la ley escrita, su objeto y extensión. La relevancia jurídica de la cosa juzgada y, en materia de familia, los grados de parentesco. Incluso hemos bebido del derecho canónico de influencia Papal que contempla el perdón del ofendido por el delito como eximente o atenuante, o lamentablemente también el tormento o torturas. Sobre esto también hay algo escrito en este blog referido a los expedientes de limpieza de sangre.
En esa amalgama jurídica debieron convivir en el mismo territorio los visigodos mientras soportaban la invasión musulmana. Y cómo no, mientras vigilaban el frente también debían vigilarse las espaldas pues también eran frecuentes las disputas internas. Vamos, nuestras leyes eran un Frankenstein. No es momento para hablar del Fuero Viejo, Fuero Real, Leyes del Estilo, el Código de las Partidas o las Leyes de Toro, pero ya te puedes hacer una idea del cuerpo legal que podríamos llamar español.
El marco normativo durante la colonización de las Américas
Digamos que la punta de lanza para la colonización de América tuvo un importante respaldo religioso. Hablamos ni más ni menos que de la Bula Papal Eximinia Devotionis, dudom siquidem, otorgada en 1493 por el Papa Alejandro VI. Si una Bula Papal es una directriz de la Iglesia sobre un tema extremadamente conflictivo, la Eximinia Devotionis, dudom siquidem permitía a los Reyes Católicos contar con el respaldo del Papa para ocupar las Américas.
Otro gran tratado que permitió legitimar esta colonización de las indias fue el famoso Tratado de Tordesillas de 1494. Gracias a este tratado, castellanos y portugueses podían repartirse oportunamente las tierras descubiertas y evitar, al menos sobre el papel, esa tensión que llevaba años produciéndose.
Estos textos, que fueron acompañados por las Leyes de Toro promulgadas tras el fallecimiento de la Reina Isabel la Católica, así como el Ordenamiento de Alcalá y finalmente la Nueva Recopilación, servirían de pilar para el nuevo ordenamiento jurídico en México. Vamos a tratar de seguir acercando el origen español de las leyes mexicanas sin caer en un excesivo rigor académico. ¡Que estamos de fiesta!
La influencia española en la legislación mexicana
Ya escribí sobre esto de forma más general cuando un 12 de octubre de 2020 publiqué sobre la relevancia jurídica del día de la hispanidad. Pero vamos a centrarnos un poco más en la legislación mexicana. Cuando España llegó a América en el siglo XVI, impuso su sistema jurídico en las nuevas tierras. Este sistema fue la base del origen español de las leyes mexicanas. A través de las Leyes de Indias, la Corona española organizó la vida en sus colonias, regulando aspectos políticos, sociales, económicos y religiosos. Estas leyes eran un reflejo del derecho castellano, basado a su vez en el Derecho Romano y las tradiciones jurídicas medievales que ya hemos mencionado. En concreto, el momento histórico en el que se europeizó las américas fue estando vigente en España la Nueva Recopilación. Un texto importante, pero feo, al incluir una compilación a veces reiterativa de todas las normas existentes.
Uno de los grandes aportes de los que enorgullecernos fue la creación de un marco normativo que regulaba la vida en los territorios conquistados. Este cuerpo legal no solo era un conjunto de normas, sino una herramienta para administrar la justicia y controlar los recursos del nuevo mundo. Lo que aportó España a México fue una estructura legal que garantizaba el funcionamiento del imperio, con instituciones clave como el Consejo de Indias, que supervisaba la aplicación de las leyes en las colonias.
Hay que decir que el derecho indígena o precolonial era consuetudinario mayoritariamente. Algún atisbo de positivismo puede encontrarse gracias al rey de Texcoco, Nezahualcoyotl, quien se afanó en escribir extensos jeroglíficos, pero sin duda no alcanzarían la técnica jurídica Europea. En resumen, el derecho penal era muerte o esclavitud, y del derecho civil prácticamente era todo derecho de familia ya que el derecho de propiedad lo designaba el rey.
¿Qué dejaron los españoles en México tras la colonización?
El legado español no se limitó a la imposición de un sistema jurídico, sino que también promovió la adaptación de ese sistema a las realidades locales. Lo que dejaron los españoles en México fue un entramado normativo que mezclaba el derecho castellano con las costumbres indígenas, creando un sincretismo legal único. Las Recopilaciones de las Leyes de Indias intentaron regular no solo la relación entre los españoles y los indígenas, sino también las cuestiones económicas y de propiedad que surgían en la colonia.
Además, España estableció instituciones que tuvieron una gran influencia en la vida legal y política de México. Las audiencias, por ejemplo, fueron tribunales superiores que se encargaban de la justicia y la administración en las colonias. Estos organismos, que en México se establecieron en la Ciudad de México y Guadalajara, no solo resolvían conflictos, sino que también servían como órganos de control de las acciones de los virreyes.
¿Qué trajo España a México en términos de estructura legal?
Lo que trajo España a México no fue solo un conjunto de leyes, sino un sistema completo de gobierno y justicia que influyó profundamente en la vida de la colonia. El Virreinato de Nueva España, como entidad política y administrativa, replicaba el modelo de organización que existía en la Península Ibérica. El virrey actuaba como representante directo del rey y tenía la autoridad para aplicar las leyes y gobernar en nombre de la Corona.
Uno de los pilares del sistema legal español en México fue el concepto de propiedad y tenencia de la tierra. Los españoles introdujeron el sistema de encomiendas, que otorgaba a los colonos derechos sobre tierras y recursos, aunque estos seguían siendo propiedad de la Corona. Con el tiempo, este sistema evolucionó, y las leyes españolas jugaron un papel fundamental en la formación de las estructuras de propiedad que aún persisten en México.
Asimismo, España introdujo la idea de un Estado organizado bajo un marco legal que regulaba la vida económica y social. A través de sus leyes, la Corona española estableció normas que afectaban desde el comercio hasta la relación entre los distintos grupos étnicos que convivían en el territorio.
La continuidad del origen español en las leyes mexicanas
A pesar de la independencia de México en 1821, el origen español de las leyes mexicanas sigue siendo evidente en muchos aspectos de la legislación contemporánea. Durante la colonia, las leyes españolas sentaron las bases del derecho civil, comercial y penal, que han perdurado con adaptaciones en el México independiente. Incluso después de la independencia, los códigos civiles y penales mexicanos mantuvieron fuertes influencias del derecho español, especialmente en cuanto a la estructura de los tribunales y la propiedad privada.
El derecho consuetudinario también fue un legado importante de la presencia española. Este permitió la incorporación de ciertos aspectos de las tradiciones indígenas en el marco legal, creando un sistema híbrido que continúa influyendo en algunas regiones de México. Las leyes sobre la propiedad comunal, especialmente en las comunidades indígenas, son un ejemplo de cómo esta fusión de tradiciones ha perdurado.
Conclusión
En este Día de la Hispanidad, es importante reconocer cómo el origen español de las leyes mexicanas ha dejado una huella profunda en la historia jurídica de México. A través de un sistema legal que incorporaba tanto el derecho castellano como las tradiciones locales, España sentó las bases de muchas de las instituciones que aún hoy forman parte del país. Lo que dejaron los españoles en México fue un marco legal que perduró más allá de la época colonial y que sigue siendo relevante en el contexto actual.
Al reflexionar sobre qué aportó España a México y qué trajo España a México en términos legales, entendemos que este legado no solo configuró el pasado, sino que sigue influyendo en la vida jurídica y social de México.