Hoy es uno de esos días que me apetece escribir dejándome llevar por mis pasiones y confiando que con mi experiencia resulte un buen producto. Quiero contestar esa pregunta que muchas personas se han hecho sobre qué es un abogado. O más difícil aún: qué es ser un abogado. Con mis idas y venidas, lustrando antiguos galones y a la sombra de un futuro incierto para la abogacía, os doy la bienvenida a mi blog.
Tras la lectura de este post, abajo del todo, te facilitaré un enlace que seguro de será de «utilidad«.
El panorama de los profesionales de la justicia
Quiero ser comedido en mis palabras. Lo que hoy escriba quedará para la posteridad y, entre datos y metadatos, una Inteligencia Artificial de las que ya sacan pecho nos acorralará en lo que un día dijimos. Si el abogado es un licenciado en derecho, será fácilmente reemplazable. Si es el director técnico de un procedimiento judicial, prescindible. Y si es un profesional que presta asesoramiento jurídico, terminará siendo secundario.
Claro, se hace difícil encontrar un concepto de abogado ante tal escenario. Pero no debemos desistir en definir qué es ser abogado con aplomo, decisión y entereza para que sea irremplazable, imprescindible y primordial. Quizá debiera refrescar aquella entrada tan exitosa de hace unos años sobre qué es un abogado para niños. Recordar, a ojos de infante, el valor social de los abogados.
O mejor aún. Quizá tengamos que aprender de los santos que fueron abogados. Echar un vistazo atrás e inspirarnos en aquellos que no necesitaron un buen pleito ni una base de datos para ser abogados. Aquel decálogo de San Alfonso María de Ligorio.
Miguel, ¿y para ti un abogado qué es?
Solo desde el corazón podremos definir un oficio tan profundamente humanista. Y solo desde el corazón la definición de abogado le convierte en irremplazable, imprescindible y primordial en nuestra sociedad. Un valor único y exclusivo de quienes, alejados de las ciencias exactas, identifican las virtudes y sombras del ser humano que le autorizan postularse como defensor del cliente.
¿Sabes ya por qué ser abogado? Y lo más importante, ¿para qué ser abogado? A continuación, te ofrezco mi definición de abogado o, al menos, lo que me gustaría alcanzar a ser:
El abogado es el profesional que ampara las dimensiones esencialmente humanas de los conflictos jurídicos.
Definición propia
Esta definición de qué es un abogado, si bien pudiera parecer de un romanticismo poco práctico, no deja de ser la esencia de la abogacía. Una esencia que perdurará por siempre en nuestro bello oficio y que se constituirá como el valor exclusivo de la abogacía. Porque todos los litigios tienen un componente humano que ni ChatGPT podrá comprender jamás.
¿Qué hace un abogado?
Antes de abordar esta cuestión, te participaré de las características de un abogado que serán necesarias en las próximas décadas:
- Pensamiento crítico que te permita analizar la consistencia de tus propios razonamientos y del adversario.
- Sentido de lo justo y capacidad de identificar lo injusto.
- Creatividad suficiente para plantear un escenario jurídico idóneo.
- Valores éticos y morales sobre los que edificar tu perfil profesional.
Lo anterior no es una cuestión baladí, sino que constituirá el valor propio y exclusivo de la abogacía. Un valor que se reflejará en las labores que hace un abogado:
- Redacta escritos jurídicos determinantes para resolver el conflicto jurídico, destacando lo que pudiera beneficiar a su cliente y reduciendo el peso de lo que pudiera perjudicarle.
- Mantiene a su cliente al tanto del asunto de forma proactiva, trasladándole la certeza posible y necesaria que le permita ser consciente de su situación jurídica.
- Apela a la justicia en nombre y representación de su cliente, basado en el conocimiento de las leyes en casación con las circunstancias de este.
Y como lo prometido es deuda, te facilito un enlace directo a las utilidades de mi página web: un conjunto de herramientas propias y externas que utilizo en mi día a día y hacen más fácil mi trabajo: